Paseo del mar con piscinas populares.
El proyecto original consderaba potenciar el borde costero, con una infraestructura mirando hacia el mar.
Desafortunadamente, como una mala copia e interpretación de la idea original, en la actualidad se ha construido una barrera de concreto que divide el mar de la ciudad, dando la espalda al mar.
Imagina un paseo peatonal vibrante y acogedor en el corazón de Antofagasta, donde el gris del concreto da paso a un espacio lleno de vida, diseñado para el encuentro, la cultura y el disfrute. Un corredor dinámico con amplias áreas verdes, mobiliario urbano cómodo y espacios para el arte callejero, música en vivo y gastronomía local, transformaría este sector en un punto de encuentro para residentes y visitantes. Más que una simple vía de tránsito, sería un lugar para compartir, explorar y redescubrir la esencia de la ciudad con cada paso.
Ese era el proyecto original de la Técnico en Turismo Rosa Herrera Hidalgo
Edificio Sernatur de Antofagasta, 100% autosustentable.
El innovador proyecto presentado en 1979 por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo para un edificio con diseño piramidal destinado a Sernatur Región de Antofagasta fue una visión adelantada a su tiempo. Concebido como una estructura 100% autosustentable, integraría energía solar y sistemas de recuperación de aguas, alineándose perfectamente con los actuales estándares de sostenibilidad y eficiencia energética. Más que una simple sede institucional, este edificio sería un ícono arquitectónico y un referente del turismo responsable, mostrando al mundo el potencial de Antofagasta como un destino que valora y protege su entorno. Implementar esta propuesta hoy no solo honraría su visión pionera, sino que posicionaría a la región como un modelo de desarrollo turístico sustentable en el desierto más árido del mundo.
Vía elevada en Antofagasta.
La vía elevada para Antofagasta ha sido durante años una promesa recurrente en cada elección municipal y parlamentaria, un símbolo de progreso que, paradójicamente, parece más utilizado en discursos políticos que en soluciones concretas. Cada ciclo electoral, candidatos de diferentes sectores intentan apropiarse de la idea con fervor, prometiendo su materialización como si fuera un proyecto de su autoría exclusiva. Sin embargo, más allá de los juegos de campaña, la ciudad necesita planificación seria, inversión real y un compromiso sostenido que trascienda los períodos electorales.
Antofagasta merece una infraestructura moderna y eficiente, no solo como una promesa, sino como una obra tangible que transforme la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes, en una ciudad que crece longitudinalmente.
Acuarium en Antofagasta
El proyecto de un acuario 100% autosustentable, presentado en 1979 por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo, representa una visión pionera que aún hoy sería revolucionaria para Antofagasta. Diseñado para operar con energía solar y sistemas de recuperación de agua, este recinto no solo promovería la conservación marina, sino que también se convertiría en un polo de atracción turística y científica. Con especies exóticas de vida marina, el acuario ofrecería una experiencia educativa y fascinante para visitantes nacionales e internacionales, fortaleciendo el turismo sostenible en la región. Implementarlo hoy significaría no solo honrar una idea visionaria, sino también posicionar a Antofagasta como un referente global en ecoturismo y preservación de los ecosistemas marinos.
Piscina temperada con energía solar en Antofagasta
El proyecto de una piscina temperada 100% autosustentable, presentado en 1979 por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo, es una idea visionaria que sigue siendo necesaria para Antofagasta. Diseñada para operar con energía solar y sistemas de recuperación de agua, esta piscina no solo fomentaría el bienestar y la salud, sino que estaría especialmente pensada para personas de la tercera edad, con movilidad reducida y para el disfrute de niños y niñas. Más allá de ser un espacio recreativo, se convertiría en un atractivo turístico accesible para visitantes nacionales e internacionales, promoviendo el turismo inclusivo y sostenible. Implementar esta iniciativa significaría dotar a la ciudad de un espacio de calidad, alineado con la necesidad de infraestructura moderna y ecológica, asegurando un impacto positivo en la comunidad y el desarrollo turístico.
Pista de Carrera Roca Roja en Antofagasta
El proyecto de una pista de carrera con estándar internacional para Fórmula 1 en el sector de Roca Roja, ideado por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo, representa una oportunidad única para posicionar a Antofagasta en el mapa del automovilismo mundial. Experiencias en países como Argentina y Brasil han demostrado que circuitos de este nivel no solo atraen a miles de aficionados y pilotos de élite, sino que generan un flujo turístico masivo, impulsando sectores como la hotelería, la gastronomía y el comercio local. Con una inversión estratégica, Antofagasta podría transformarse en un epicentro del deporte motor, diversificando su economía y proyectando una imagen internacional que combine velocidad, adrenalina y el imponente paisaje del desierto costero.
Iglesia de Campo Eucarístico La Chimba (proyecto presentado publicamente el año 1979) en Antofagasta
El Campo Eucarístico La Chimba es un proyecto con un profundo valor histórico y espiritual para Antofagasta, pues su concepción en 1979 por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo anticipó el acontecimiento trascendental que marcaría este lugar: la Santa Misa oficiada por Su Santidad Juan Pablo II en 1987. No es casualidad que ambos momentos converjan en el mismo sitio; más bien, es un llamado a reconocer y materializar este espacio como un centro de encuentro, reflexión y peregrinación. Convertir La Chimba en un verdadero Campo Eucarístico permanente honraría no solo el legado de quienes lo proyectaron, sino también la fe y la historia de miles de personas que vieron en ese suelo un símbolo de unidad y esperanza.
Creación de Paseo cívico Arturo Prat
El Paseo Prat de Antofagasta, concebido en 1979 por la técnico en turismo Rosa Herrera Hidalgo, fue una visión adelantada a su tiempo: un espacio pensado para el encuentro ciudadano y la puesta en valor del patrimonio urbano. Sin embargo, las condiciones actuales, marcadas por el vandalismo y los efectos del cambio climático, exigen mejoras que lo modernicen sin perder su esencia. Más áreas verdes, mejor iluminación, materiales resistentes y una mayor integración con la identidad costera de la ciudad podrían transformar este icónico paseo en un referente de turismo y vida urbana. Es momento de honrar su visión original con una renovación que responda a los desafíos del presente y proyecte el Paseo Prat hacia el futuro.
Anfiteatro de nivel internacional en Ruinas de Huanchaca en Antofagasta
Las Ruinas de Huanchaca, con su imponente historia y mística, merecen más que un montaje efímero unas pocas veces al año. Un anfiteatro permanente en este sitio patrimonial no solo potenciaría la identidad cultural de Antofagasta, sino que convertiría el espacio en un verdadero epicentro artístico y turístico. En lugar de dejar las ruinas expuestas al vandalismo y el abandono, una infraestructura adecuada permitiría programaciones constantes de música, teatro y eventos culturales, integrando iluminación y sonido de manera sostenible y respetuosa con el entorno. Así, Huanchaca no sería solo un vestigio del pasado, sino un escenario vibrante donde el arte y la historia se encuentren todos los días del año.
Casino de Antofagasta
Un casino cuya rentabilidad se reinvierta directamente en Antofagasta marcaría un antes y un después en el desarrollo de la ciudad, diferenciándose del actual modelo privado. Inspirados en experiencias exitosas a nivel internacional, donde los ingresos de estos recintos financian infraestructura, cultura y bienestar social, este proyecto permitiría fortalecer áreas clave como la educación, la salud y el turismo. En lugar de que las ganancias beneficien solo a privados, un casino municipal convertiría el entretenimiento en progreso, asegurando que cada apuesta contribuya al crecimiento de la ciudad. Antofagasta merece un modelo de desarrollo sostenible, donde sus propios recursos impulsen su futuro.